Con espíritu de valientes…


La gente que mantiene vivo el TC y sus comienzos forma un conjunto. Se suman históricas “baquet” de 1910, que participaban en Grandes Premios, abriendo huellas por caminos intransitables a causa de la lluvia. Los conductores guiaban mancomunados con el esfuerzo impensado de vencer serias dificultades y forjar así el desarrollo de esta disciplina.

Primer Gran Premio de Carretera
El Automóvil Club Argentino propone efectuar el “Primer Gran Premio de Carretera” en Marzo de 1910; representó “La Buenos Aires-Rosario-Córdoba”, que venció Juan Cassoulet con su De Dion Bouton 4 cilindros 1909, junto a Julián García y Luis Pica, empleando 30 h 42 m.

Unos seis días duró esta carrera –de tránsito intrincado- que se consideró una verdadera epopeya gloriosa y una hazaña difícil de lograr, puesto que para poder cruzar el automóvil sufría desgastes y la vida del piloto protagonista estaba en juego, destacándose su garra y habilidad conductiva.

La visita del 18 de Septiembre de 1910 a Santiago de Chile del presidente Roque Sáenz Peña –político promotor del sufragio universal (1851-1914)- causó algarabía. Gracias a su asistencia, se perfeccionaron los Grandes Premios Internacionales de 1930 y 1940, concretando contactos bilaterales y encuentros “pueblo a pueblo”, no de “gobierno a gobierno”.

Período 1935-1939
El Gran Premio “Internacional” en territorio argentino proyectaba adquisición de experiencia suficiente, para que los ambiciosos se lanzaran y así lograr llevar a cabo la competencia, de notable envergadura para esa época. Se generaron epopeyas gloriosas con el enorme deseo de superar los límites argentinos. Pero, ¿por dónde iban a pasar...?, faltaban los hermanos uruguayos, tan próximos a nuestro país...

Arturo “El Gringo” Kruuse, junto al Plymouth Coupe TC 1934 6 cilindros

Al no existir puentes fluviales sobre el Río de la Plata, no fue posible correr en la República Oriental del Uruguay. La región “charrúa” participó a través de representantes. De los 8 países que intervinieron en la prueba, 7 fueron “sede” de etapas GPI (Gran Premio Internacional).

Estuvo liderado por Argentina y Chile, evidentemente porque Buenos Aires y Santiago eran las capitales más concurridas. Los AC (Automóvil Club) de ambos distritos brillaron con su espíritu deportista, involucrando a organizaciones humanas para lograr trasladar estas competiciones al resto del continente sudamericano. Ocurrió con Brasil y Paraguay; quedaría disponible Bolivia, que, junto a Chile, enlazaban con sus respectivos Automóvil Club. En Perú, el Touring Automóvil Club ocuparía un segundo plano, y luego Ecuador, Colombia y su Automóvil Club.
 

Paisaje imponente…

Trazado y rutas
En los años 1930 y 1940, ya existían unos 5000 km de rutas y más tarde fueron desarrollándose hasta llegar a 15.000 km en total. En la primera etapa se atravesaba el aislado noroeste argentino, sufriendo la marginación por parte de los poderes centrales. Luego, estaría como obstáculo la majestuosa Cordillera de los Andes.              

Así, mientras Chile tenía participación sutil realizando hasta 6 veces eventos deportivos de “coupes” “a secas”, corriendo por carreteras chilenas sin acatar su Constitución Nacional, en Argentina se proyectaban los senderos y lugares que podrían usarse en futuras pruebas.

Se pensó tanto en la llanura pampeana, como la “salitrera” del norte de Chile, la meseta de la Patagonia, los grandes valles de Santiago, Temuco, o la montaña Cristo Redentor. También el paso Sur de Pino Hachado. Otros caminos secundarios obligaron a trabajar en Las Cuevas, a causa de las condiciones climáticas, debiendo repetir la misma zona Mendoza-Temuco y de Lima-Santiago.

Perú sufre la consecuencia de un golpe, justo cuando se desarrollaba “La Buenos Aires-Caracas” en 1948, que perjudicó el normal desempeño de la prueba. Tuvieron la fiscalización del ACA, entidad que por entonces aglutinaba todas las actividades. En 1955-58-62-63, no se efectuó ningún tipo de Gran Premio Internacional.

Presidente José Manuel Arturo Odría, con sus ministros [1948-50]. Su gobierno conocido como “El Ochenio”

En 1943, el Tratado de “Storni-Fernández” impulsó estudios para construir una carretera cordillerana desde Argentina a Chile. Los Turismo Carretera y las “Cupecitas” del Ayer tuvieron la oportunidad de incursionar y explorar nuevos terrenos, fronteras, trepando tierra, con paisajes deslumbrantes llenos de nieve y desafiando “El Cruce a la Cordillera de los Andes”, norte de San Francisco, asociando y llegando al Noroeste Argentino.

Raúl “Polenta” Riganti había llegado primero en la etapa Mendoza-Santiago, desplazando al piloto croata-chileno Milan Krstulovic Bonacic-Matijajurjevic, conocido como Emilio Karstulovic (“Kartulo” o “El Caballero del Automovilismo”), que mantenía el récord y fue el primer Campeón Argentino de Carretera en 1934. Recordemos que en el viejo TC, ya con reglamento fiscalizado, el primer campeón fue Angel “Hipómenes” Lo Valvo en 1939, quien participó con Ford Cuope V8.

Entre los años 1935-65, ya se habían celebrado siete Grandes Premios “Internacionales Sur de América”, con 3 etapas separadas.

Gobernantes, sus espacios

Los cónsules, embajadores y el gobernador de Mendoza, entregaron el trofeo durante la primera etapa del Gran Premio Internacional 1935. Por su parte, el cónsul chileno en Buenos Aires estuvo presente en Bahía Blanca y dio salida a su hijo. Por su parte, el embajador de Chile Luis Alberto Cariola Maffei bajó la “bandera a cuadros” en La Plata a quien ganaría la prueba.

En el diario El Mercurio de Santiago del 25 de Marzo de 1935, página 17, se podía leer: ...y esto es acaso lo más importante, el G.P.I. ha servido para estrechar nuestras relaciones con la Argentina. En efecto, los competidores argentinos se han expresado con mucho cariño de las atenciones que en todo momento se les prodigaron en territorio chileno. Este acercamiento se evidenció ayer en las cariñosas manifestaciones que fueron objeto (a la llegada de los pilotos a La Plata) el embajador de Chile, señor Cariola, y nuestro cónsul en Buenos Aires. Y hay todavía mas, por las declaraciones a la prensa del vencedor de la competencia, el fomento del turismo entre Chile y Argentina que ha generado este Gran Premio Internacional, ya que según sus propias palabras: “...el turismo argentino-chileno tiene ahora abierta totalmente la ruta...” 

Posteriormente, los presidentes añaden actos centrales, como Jaime Gerardo Roberto Marcelino Maria Ortiz de Argentina, que en 1939 ordena la largada de la prueba. Así se suman autoridades y agentes diplomáticos, adquiriendo un papel representativo al comenzar y finalizar el evento.

El Sr. Vasco de Larraechea, promotor chileno del evento, declaró: “...Hubo vivas a Chile y Argentina...” Agradeció los esfuerzos y sacrificios desarrollados por los pilotos para realizar esta difícil prueba, agregando que sus anhelos eran que estos torneos deberían realizarse anualmente para llegar de esta manera a hacer de Argentina y Chile dos países de iguales condiciones turísticas. Sin dudas, un espacio de colaboración que hoy día se ve reflejado en la organización conjunta del Dakar en Sudamérica por parte de ambos países.

Doblando en plena curva de polvo…

Gran Premio Internacional del Norte
En Septiembre de 1940, se logra diagramar “La Buenos Aires-Lima-Buenos Aires”, cuya edición ganó “El Chueco” Fangio, a bordo del Chevrolet Coupe TC 1940, utilizando 109 h 36 m 16 s con 13 etapas de 9.445 km. Se inscribieron 92 participantes, de los cuales finalizaron 32 máquinas. 

El diario La Nación divulgaba el 2/10/40 en su página 12: “…Tanto la Argentina como el Perú, países a los que nos referimos en gracias de la actualidad todavía palpitante, comprenderán sin tardanza que la vinculación efectiva entre los países no es posible sin la aprobación de un sistema de cooperación recíproco...”

Un periódico boliviano, comentaba: “...La carrera internacional es precursora de vinculaciones efectivas con los países vecinos. El recorrido internacional de la carrera de automóviles, que acaba de cumplir su cuarta etapa en el alto de La Paz, ha tenido la virtud de interesar en forma general a los vecindarios de las capitales y pueblos por donde ha pasado la extensa y veloz caravana de volantes. Más aún, debido a la propaganda periodística con que se ha difundido este acontecimiento, se puede decir que el hecho ha cobrado importancia nacional, colocándose en el primer plano de la actualidad…”

Y luego continuaba: “…Necesitamos insistir imperiosamente en las relaciones de nuestra política de vinculación efectiva con los países vecinos. Felizmente, de un tiempo a esta parte, el gobierno boliviano ha considerado este tópico en su verdadera jerarquía, planteando ante los gobiernos de las repúblicas vecinas, acuerdos de entendimiento que podrán algún día borrar las deficiencias anotadas merced a un régimen sinceramente interesado en la colaboración económica...” Sin dudas, enunciados que coinciden plenamente con los tiempos políticos que corren actualmente entre los países de la región.

Relación entre los pilotos
El destino unió a los pilotos en todo tipo de dificultades y problemas; se inició un fuerte lazo de amistad entre ellos debido a situaciones de aislamiento, falta de auxilio y herramientas, y conflictos surgidos por las experiencias vividas. La crítica de la prensa coincidía que debían ayudarse mutuamente.

En Venezuela, coexistía homenajear frente Monumento al Libertador, la simpatía y respecto sus volantes. Además, una amplia bandera Argentina puesta escalinata

Los Neutrales –refiriéndonos a corredores del Automóvil Club- buscaron premios tales como el “José Manuel Belgrano”, disputado en la “Buenos Aires-La Quiaca”. Otro fue el “Simón Bolívar”, en la “Villazón-Caracas”; por último el “General José de San Martín”, en la “Lima-Buenos Aires”.

Los directivos querían ampliar las redes de carreteras y los pilotos, protagonistas principales de los eventos, realizaron una integración entre los países transmitiendo solidaridad, confraternidad en actos generosos “de un piloto argentino por un chileno”. Principalmente en las curvas de la montaña, donde solían accidentarse, se reflejó en grandes dimensiones el apoyo que se brindaban unos a otros.

A pesar de las tensiones…
Los símbolos nacionales facilitaron un proceso de identidad latinoamericana y fueron usados masivamente en las pruebas. Por ello, hubo banderas, escudos, himnos, canciones y elementos distintivos de cada país, teniendo como factor común a Don José de San Martín, con sus campañas libertadoras, y Simón Bolívar.

Se mantuvo el espíritu deportivo de los eventos, a pesar de las tensiones en la política. Los Grandes Premios mantuvieron intacto su manejo integracionista e independiente, tratando de ocultar el estallido de incidentes como el de Islote Snipe en 1958 entre fuerzas navales de Argentina y  Chile o el de Laguna del Desierto en 1965.

Al lado del Dodge Chrysler De Soto-Valiant Coupe TC 1938-51 6 cilindros

Solicitando apoyo
Oportunamente, se retornó al Gran Premio Carrera Internacional “Dos Océanos” de 1965. En el proceso de reunir masivamente a todos, se tomó esa iniciativa destacando tal evento donde hubo varios reconocimientos.

El piloto argentino Hugo Armando Horacio Gimeno, consultado por la prensa señalaba: “...se pasaron los chilenos en la organización...”, “...Los chilenos no nos dejaron pagar nada...”, “...No es que me haya venido sin pagar, pero he quedado endeudado con toda esa buena gente. Sólo espero que vengan a Mendoza para retribuirlos en parte todo lo que han hecho...”

Fue loable el mensaje del Canciller argentino de ese entonces, Miguel Angel Zavala Ortiz, que se dirigió con alabanzas al corredor, inscripto con el seudónimo de “Malvinas Argentinas”, puesto que lo consideró un gesto espontáneo de patriotismo nacional.

Los GPI y su ciclo de 30 años
El mega-espectáculo deportivo siguió su meta con asociaciones civiles formadas en redes, que tenían capacidad para tomar decisiones propias. Tal es el caso de los Automóvil Club Argentino y sus pares de Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela.

Durante el Gran Premio de 1935, un grupo de espectadores argentinos llegó por primera vez a Chile, convocó a entidades y reclamó mejorar las carreteras. Para ello exigía recorrerla, instalándose en el propio escenario. Las publicaciones de entonces seguían cada paso donde ocurría la competencia y finalmente se logró mejorar las condiciones de la ruta que impulsaría el avance vial de Sudamérica. El público ya no era el espectador pasivo de antaño y desempeñó un rol “protagónico” al intervenir y auxiliar al piloto, arriesgando su vida para socorrerlo cuando ocurría algún accidente.

Apogeo y decadencia
La evolución de los GPI aumentaría notablemente: mientras que al comenzar en 1935 sus indicadores vitales arrojaron un 10 a 12,5 % de aceptación, crecerían hasta un 75 a 100 % para 1940-48. El Gobierno interviene con su apoyo desde el 1943 al 46.

Casa Matriz [ACCHI], en Av. Andrés Bello Nº 1863 Providencia-Santiago

Se experimentó un gran desarrollo al coincidir los denominados “encuentros de naciones” durante el transcurso de la industrialización, ya que con menos importaciones se logró integrar la economía de los países. Varios factores influyeron para que el GPI fuera organizándose cada vez más espaciado: el golpe de estado de 1955, luego llegó el período de crisis petrolera de la década de 1970, y también en 1982 el conflicto del Atlántico Sur en las Islas Malvinas.

En la década de 1960 llegó el declive y se perdió el interés por su organización, que pasaría a delegaciones propulsadas en el Mar del Plata Automóvil Club, el Club Jorge Newbery de Venado Tuerto, el Automóvil Club de Chile, colaborando el Automóvil Club Mendoza y la Peña Automovilística “Jorge Angel Pena”, fundada el 7 de Noviembre de 1964, con sede en Mendoza.

La visión del deporte y conocimientos sociológicos 
Los pilotos eran llevados en andas y los recibían calurosamente cuando pisaban territorio extranjero. Transmitían mensajes de bienvenida, paz, esperaban su llegada para congregarse en ese universo simbólico del automovilismo. Conceptuada en principio como categoría de “elites”, poco a poco va asumiendo connotación popular.

Los señores Jorge Riechmann y Francisco Fernández Buey, en su obra titulada “Redes que dan libertad. Introducción a los nuevos movimientos sociales” (Barcelona / Buenos Aires, Piados, 1994) escriben: “...nos inclinamos a pensar que el ideal de la integración latinoamericana, que empapó los movimientos sociales de los ’60 (movimiento obrero, movimiento estudiantil, movimientos reformistas y revolucionarios), tuvo un antecedente importante en los Grandes Premios Internacionales que, a partir de 1935, impulsaron las redes organizacionales y humanas que se convirtieron así, en precursoras de grandes movimientos sociales...”

Gran convocatoria
La ACHTC (Agrupación Clásicos e Históricos del Turismo Carretera) convocó a antiguos pilotos, acompañantes, mecánicos, dirigentes, periodistas, etc. Héroes anónimos que nos hicieron emocionar “…a la vera del camino…” en rutas, viéndolos pasar desde la puerta de casa, en algún pueblito del interior del país. Aquellos “ídolos” fueron adquiriendo una fama formidable.

Las asociaciones y clubes, organizadores de clásicas “VUELTAS” en ciudades, pueblos y localidades, solían hacerse conocer en audiciones radiales ¿…cuántas familias quedaban noches enteras escuchando un Gran Premio con memorables carreras del ayer…?

Se formará una Comisión de Honor, integrada por ex-corredores, reporteros, directores y personajes del Turismo Carretera. También subdelegaciones: Deportiva, Técnica, Prensa, Difusión, Histórica y Museológica. Las adhesiones y reuniones serán programadas por el Museo del Automóvil de la Ciudad de Buenos Aires, que dirige el Sr. Luis Spadafora.

Vuelta de la América del Sur
Quizás el poema más grande del Automovilismo Sudamericano. Un viaje sin retorno…

La aventura…

Las rutas asfaltadas y caminos con senderos de tierra, que jamás habían sido transitados por “cupecitas” o vehículos de ningún tipo. El mar abierto emerge en el altiplano a una altura de 4.000 m; diversas topografías uniendo pueblos desconocidos de Sudamérica. La atención y el entusiasmo puesto, hizo sentir a miles de persona aficionadas, la magnitud de la prueba caracterizándose como muy difícil en el mundo.            

Conocida como la “Buenos Aires-Caracas”, desarrolló popularmente la apertura de recorridos cambiantes y dificultosos para el hombre y su máquina, que desafió 80% de ripio y montaña. Exigidas al máximo las legendarias “cupecitas”, iban sumando largas distancias y soportando diversos climas en su más extrema dureza.

La mecánica
Se vuelve a utilizar motores Standard, reforzándose el chasis, la suspensión, la dirección y los frenos. Además de repuestos, cantidad suficiente de combustible, lubricantes, etc. debían abastecerse en plena carrera, compitiendo los eternos rivales de siempre: Chevrolet versus Ford.

Talleres en ruta, establecía como “Parque Cerrado”. Se podía descansar y reparar maquinas para someterla nuevos esfuerzo. Fue llegando a Cúcuta, Colombia límite territorio venezolano

Se clasificaban en un Primer Grupo, a).- ganador de los “Grandes Premios de Carreteras”, creados por el ACA. Segundo Grupo, b).- vencer las Pruebas y Etapas según el reglamento [CDA-CDI]. Tercer Grupo, c).- corredor debutante.

Se inscribieron varias marcas de cupecitas: Ford, Chevrolet, Plymouth, Mercury, Lincoln, Buick, etc. Fueron anotados 141 audaces, entre los cuales había argentinos, peruanos, chilenos, uruguayos, venezolanos, bolivianos, italianos, españoles y hasta un portugués.

El desempeño
Partieron 138 desde Buenos Aires, un 20 de Octubre de 1948, finalizando 44 binomios competidores que llegaron a Caracas el 8 de Noviembre. Se involucraron países como Argentina, Bolivia, Perú, Colombia y Venezuela. La distancia de la carrera –dividida en 14 etapas- tenía un recorrido de unos 9.579.4 kilómetros.

Mapa de regreso…

Luego de la descalificación de Oscar Gálvez, triunfarían en la ida Domingo “Toscanito” Marimón-Pedro Duhalde, a bordo del Chevrolet Coupe TC 1939, empleando 118 h 37 m 16 s, promediando los 80,726 km/h. La vuelta fue del 29 de Noviembre hasta el 8 de Diciembre; transitaron 5 etapas de tramos en Perú, Chile y Buenos Aires, abarcando la conocida “La Lima-Buenos Aires”. Triunfó Oscar Alfredo “El Aguilucho” Gálvez, con su Ford Coupe TC 1940.

“La Caracas” o “Gran Carrera” unió al continente, logrando mostrar realidades y diferencias. Posibilitó el uso de medios de comunicación adecuados; se olvidó prácticamente la escena al tributar exclusivamente al ámbito automovilístico, mientras que los adelantos tecnológicos parecían estar más lejanos que nunca.

40 años después
Pasado el tiempo, la tarea destacable del Dr. Joaquín Campana en la ACHTC concreta el sueño de desarrollar nuevamente la inolvidable “Buenos Aires-Caracas” de 1948.

Así, en 1988, esta maravillosa aventura se volvió a cumplir, organizada por la ACHTC, hijos, familiares y amigos de los pioneros que decidieron “repetir” los casi 20.000 kilómetros de ida y vuelta en 45 días En el mes de Octubre, cuando el reloj marcaba las cero horas se iniciaba dicho evento, en el cual se anotaron unas 30 “cupecitas” ansiosas por iniciar el recuerdo de la magna prueba realizada cuatro décadas atrás.

Fue difundido con folletos que mencionaban a los dirigentes del Automóvil Club Argentino, entre ellos el Sr. Carlos Pedro Anesi, Vicepresidente Primero [1940-1955] y Secretario General del Congreso Argentino de Vialidad. Autor del libro “La Carretera Panamericana”, publicado en 1938.

Sendero camino eran transitado por Víctor García-Hilario Martínez, a través de un Ford ganaría difícil y “polémica” etapa nº 14 desde “Valera-Caracas”

Otro fue el Sr. Francisco “Pancho” Borgonovo. Ambos eran verdaderos cerebros en cuanto a carreras importantes del siglo XX en el continente americano. Pretendían atraer al público y lograr que el hombre, con su automóvil, pudiera viajar desde “Buenos Aires a Nueva York” en un derrotero verdaderamente internacional.

Singular desafío
La primera etapa llegó a Salta; luego la segunda tuvo poca concurrencia largando 10 “coupes”, arribando 7 de ellas a Venezuela. Hubo muchas controversias que hacían peligrar la continuidad del evento, primera reedición simbólica homenajeando a quienes habían participado unos cuarenta años atrás.

Se efectuó el regreso recordando “La Lima-Buenos Aires”, en la que se recordó a los mártires de aquella aventura, varios corredores y acompañantes que fallecieron en la prueba y que fueron recordados en un acto respetuoso y sencillo. Concluía la travesía de “La Caracas-Buenos Aires”, que pasó por Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile, finalizando nuevamente en la Argentina.

A los 50 años
En Octubre de 1998 se largó la “Caravana-Homenaje a la Buenos Aires-Caracas”, al conmemorarse los 50 años del evento. Unos 90 participantes, bajo una torrencial lluvia frente a la sede central del ACA, en organización conjunta con la Asociación Turismo Carretera del Ayer, partieron para llevar a cabo tres etapas.

La primera etapa finalizó en Pergamino, luego se siguió hasta Villa María en Córdoba, para finalizar el tercer día en Cosquín, lugar de residencia de Domingo Marimón quien fuera el ganador de la mítica competencia. Las tripulaciones que llegaron fueron recibidas con bandas musicales y el entusiasmo de la población, que agitaba banderas y pañuelos como en los viejos tiempos de estas gestas majestuosas que han marcado a fuego la rica historia de nuestro automovilismo.

En la morgue…

Un gran homenaje recibió la familia de Daniel Urrutia, en su pueblo natal de Mercedes, quien falleciera el 29 de Octubre de 1948 en el terrible vuelco durante la séptima etapa de la prueba. Esa fecha pasó a ser reconocida en forma oficial como el “Día del Acompañante del TC” como tributo a quien falleciera en Perú.

Muchos de los vehículos fueron los originales que tomaron parte en la carrera de 1948, otras réplicas, conducidas por algunos parientes de los héroes que tomaron parte de la aventura que nunca deja de recordarse.

Rally Gran Premio V Centenario de América
La locura de aquellos años continuó en 1989, previo a su suspensión durante 50 años por la declaración de la Segunda Guerra Mundial.

En 1992, con otro esquema, el ACA reconstruye la idea prevista en 1942 de llegar a Nueva York, EE.UU. Ese año, Caracas era amenazada por una guerra limítrofe entre Perú-Ecuador y por ello no se pudo concretar su realización. Existieron gestiones diplomáticas en 1947-48 y se estudió la posibilidad de invitar a los Clubes de Automóviles Sudamericanos para trabajar en un proyecto conjunto. Brasil, sólo apoyaría a sus participantes.

La Comisión del Rally V Centenario 500 Años coordinó la largada en el Congreso de la Nación Argentina, en el mes de Octubre, con destino a Nueva York y que duró 35 días.

De los 100 inscriptos, solamente unos 32 participantes eran de América, contando con figuras de Europa como los binomios italianos y suizos. El clima que se vivió fue inolvidable puesto que ver las máquinas listas para salir rodando, era resumir ese sueño de concretar la segunda versión de “La Buenos Aires-Caracas-Nueva York”.  

Las Comisiones Especiales, junto a la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo, auspiciaron a la Fundación Colombiana V Centenario, presidida por el Ing. Arturo Miguel Molinari, que celebró la conmemoración en que las colonias españolas cumplieran “500 años del Descubrimiento de América”, el 12 de Octubre de 1992. Los dos mundos establecieron una tele-conferencia, entre el Secretario de Cultura de entonces, Prof. José Maria Castiñeira de Dios, y sus pares que dialogaron vía-satélite.
 
Merecidos tributos
Se disputaron 2 pruebas de regularidad, manteniendo el espíritu histórico y “criollo” de seis décadas atrás. Abarcó una gran superficie con largas distancias a recorrer en velocidad pura de un “punto a otro”.

Algunos de los vehículos, los 4x4 modernos estaban en contra posición del Gardner 1926 –que consumió 417 litros de aceite- y la Maserati 1947 que pertenecían a los hermanos Dellepiane. El espectáculo de oír rugir los motores de las chatas de TC fue emocionante en este evento recordatorio. Las coupes festejaron sus 60 años, siendo las pioneras en América del Sur.

La época de corredor y corresponsal CORSA en Córdoba. Formo pareja con José “Pepe” Cano, (ex-kartista) utilizando seudónimo “Cano-Acosta”. Triunfo clase A Renault Gordini 1093 por Oreste Berta durante Gran Premio Standard 1969

Fue difundido y transmitido por la Cadena Iberoamericana de Noticias Ibero-American News Networks Spanish [Versión Local], desde la suite en Cadena CIN CIN SA Alvear Palace Hotel de Buenos Aires, LS82 TV ATC Argentina Televisora Color, y la relataron Héctor “Víbora” Acosta con Raúl Barceló, dos periodistas de raza.

Los mensajes de paz y discursos de los mandatarios de Argentina y España, fueron emitidos por espacio de 20 días, televisándose directamente a todos los continentes.

Gran Premio Coronación Ciudad de San Miguel 2006

Ilustre visita
Estuvo en nuestro país el ex-piloto de F1 y la París-Dakar, Gianclaudio “Clay” Regazzoni, nacido el 5 de Septiembre de 1939 en Suiza. Abrió la partida conduciendo una cupecita número 1 color roja, que pertenece a la familia Peregrina, de la localidad bonaerense de Las Flores.

Este gran piloto murió un 15 de Diciembre de 2006, en Parma, Italia, en un lamentable accidente que involucró autos y camiones, mientras circulaba por la autopista de las ciudades de Milán-Bolonia. Sus fans de todo el mundo le rindieron sentido homenaje de afecto y respeto en muchos actos de clubes.

Reconocimientos
El 7 de Mayo de 2009, la honorable Cámara de Diputados de la Nación, por iniciativa del Dr. Eduardo Alfredo Fellner y la Comisión de Deportes –integrada por los diputados Guillermo Antonio Pereyra y Lic. Delia Beatriz Bisutti-, entregó medallas conmemorativas y diplomas a los héroes de aquella jornada:

José “El Cabezón” Froilán González-Juan J. Otero; Ernesto Baronio, Anibal Muñoz-Dionisio Castelo; Guillermo E. Merenghini, Pedro Covacevich (Lázaro), Domingo Candela, Marcos Ciani-Eusebio Semperena; Angel Molinari y Hernando Gallo. También a las autoridades de la Fundación Museo Juan Manuel Fangio de Balcarce, Buenos Aires, cuyo titular es el Ing. Luís Carlos Barragán.

Chacabuco, y su gente de pueblo…

Menciones especiales recibieron los familiares de  los deportistas fallecidos. Hijos de Daniel Urrutia, Tomkinson, Ricardo Risatti, Juan Gálvez, Darío D. Ramonda, Adolfo Perazzo, Desiderio Avila, Duhalde, Eusebio Marcilla, Miguel Salem, Tadeo Taddia, Rosendo Hernández, Antonio Matías, Julián Q. Elguea, E. Miguel Román, Aníbal J. T. Gatti, Adolfo Mujica, Jacinto Moss, Domingo Fancio, Guido A. Maineri, Eugenio Bria, Manuel Cubillos, Angel Bertello y Juan Tenaglia.

Esa jornada, en el Salón de los Pasos Perdidos (Juan Domingo Perón), acudieron cerca de 800 personas que victorearon dando ánimo a los presentes. Entre ellos, al Sr. Carlos Solveyra Tomkinson, y al trofeo ganado por “Toscanito”, que le fuera entregado por el novelista y político Rómulo Gallegos Freire, entonces primer presidente de Venezuela del siglo XX electo por el voto popular.

Se proyectó el documental “La Caracas”, editado bajo la dirección de Andrés Cedrón, producido por Alexis Abarca y declarado de interés cultural en el Congreso Nacional. La sala se inundó de nostalgia, dando lugar a historias y emociones; se rememoró la propuesta de la Bandera Universal de La Paz, fundada en Paraná, Entre Ríos.

Esta ceremonia derivó en una exhibición “por siempre clásicos” y unas “20 coupes turismo carretera de la época” se montaron en la explanada. Así culminó este 60º Aniversario [1948-2008] del Gran Premio de la América del Sur “La Buenos Aires-Caracas”.

Gran Premio de la República
Del 5 al 27 de Noviembre de 1949, sobre 11.035 kilómetros, el Automóvil Club Argentino inició un recorrido de Río Gallegos, Río Mayo, Ruta Nº 40 hasta San Salvador de Jujuy, Puerto Iguazú, bajando por la Mesopotamia de regreso a Capital Federal. Tenía 12 etapas, abarcando 18 provincias; venció “Juancito” Gálvez con Ford Coupe V8, en 104 h 35 m 58 s con promedio de 105,5 km/h.

Momento emotivos, entrega realizada por Dr. Antonio Bonifasi, en Agosto diputándose VI edición del Gran Premio. Tuvo 3 etapas abarcando localidades como Pavón Arriba-Peyrano y Acebal

La APTCH [Asociación Pilotos Turismo de Carretera Histórico] Santa Fe, brindó un homenaje a Roberto Gálvez, hermano y navegante de Juan. Con una gran personalidad y mérito deportivo honró al automovilismo argentino. En 1963, Gálvez abandonó la práctica. Corrió 21 carreras, triunfando en la Vuelta de Olavarría con un Ford Coupe V8, el 2 de Marzo de 1958.

Participó del IV Gran Premio Internacional Standard, tripulando un Volvo PV-544, llegó 4º en la clasificación general. Su equipo lo integraban Juan Cruz Varela, Roberto “Bitito” Mieres, Atilio Viale del Carril, Francisco Prack, Gunnar Bengtson y Julio Devoto (“Ampacama”). Además del recientemente desaparecido Gunnar Andersson, piloto de la marca Volvo.
 
Nos motiva y nos une
La América del Sur renovada ahora contará con GPS, radio para comunicarse y muchos otros medios que facilitarán dicha carrera, enfrentando terrenos desconocidos, desiertos, con elevaciones superiores a los 1.000 metros. Se denominará Gran Premio, aunque es la tradicional “Buenos Aires-Caracas” que marcará un reencuentro muy especial.

Las 21 etapas, con 4 días de descanso para las tripulaciones, comprenderán desde Buenos Aires, largada el 20 de Octubre desde la sede central del ACA, siguiendo hacia Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, donde se prevé llegar el 12 de Noviembre. El retorno a Capital Federal, el 15 del mismo mes. No pasará por Bolivia, usando su recorrido original de 1948.

Será la tercera reedición simbólica 60º Aniversario, teniendo modalidad de Rally con concentración Turística, llegando a los 10.000 kilómetros y uniendo las dos capitales. En este proyecto intervienen también el Sr. Jorge Bonomo y José Miguel “Tero” Pontoriero, ex-piloto de TC y APTC2000, que suman su colaboración.

La convocatoria…

Los Itinerarios, Controles de Horarios y de Paso, como el Libro de Ruta, confeccionado en el Programa Oficial de la Prueba, caminos, puntos de reabastecimiento, fueron revisados por los cronometristas Sergio Buso y Angel Pascuariello, al volante de un Toyota RAV4.

Inicia “minuto a minuto” y después el ciclo aumenta. El retraso de los conductores no debe superar los 90 minutos. Existe el REENGANCHE de 10 horas en autos particulares. El Comité se reserva el derecho de postergarla o suspenderla por razones de fuerza mayor.

La documentación presentada de la unidad y del tripulante debe estar completa, solicitándose control de pasaporte, visa, vacunas y licencia deportiva –expedida por el ACA- más el Registro Internacional, vehículo que cumpla con los controles aduaneros, conforme al grupo anotado y el seguro obligatorio de circular. Indefectiblemente, tendrá como último plazo 5 días antes de partir.

En el Carné de Control, figura el tiempo establecido. Es aprobado por el Comisario Deportivo, quien modifica y dará resultados de las Circulaciones y Reparaciones. También Orden de Largada, placas, números, publicidades, organizaciones y el equipamiento necesario que cumplan las Leyes de Tránsito.

Si hay errores, aplicaremos 10 minutos sumándole cuadro de penalizaciones. a) Efectivo U$S 100, b) 60 minutos, c) Exclusión de la prueba.

Angel Luis Pascuali, dominando su Ford.

Las categorías
Como Premios, se entregan 5 trofeos y se reconoce por distintos motivos a la tripulación con “dotación más solidaria”, la “más alegre” y la “menos simpática”. Los nombres, bandera nacional, sus grupos sanguíneos, se colocan en la puerta superior delantera indicando horas, minutos y segundos.

La Clasificación Final, separada por clases: a) Clásicas-Réplicas 1948, exactas “coupes” homologadas por la ACHTC, b) Corre prueba TC, década de 1960. No obstante, deberá sujetar reglamentación. c) Coches Standard [1969-2009] y Sport, de toda época y tipo de cilindrada. d) Camionetas de tracción simple y 4x4 también e) Los números 1 al 10 corresponderán a los TC del Ayer.

Mil Millas Argentinas
Un antecedente de los Standard: en 1937, el Dr. Angel Mussi, del Avellaneda Automóvil Club, concibió hacer una sola etapa de 1.609 km. Auspició el club local y sorteó 1950-51 por ranking del Campeonato del ACA.

En su 10º edición, el 14 de Febrero de 1954, tiene por primera vez los automóviles Standard-Sport, que corrieron 2 horas previas al TC; dominó Fernando Cepeda con Chevrolet, y Tomas Mayol conduciendo un Porsche 550, quien conquista el triunfo Sport. En 1960, transcurriendo la 12º edición, corre nuevamente el Standard y gana Domingo “El Bravo” Lombardi a bordo de un Mercury 1949.
 
Duración y disposiciones
Los representantes de la Dirección de la Prueba asisten a áreas prohibidas mientras dure la competencia. Mediante pancartas estandarizadas por FIA advierten con fondo “amarillo”, distancia 25 metros; con “rojo” al final que se visualiza a 50 metros; lejos con “beige” y 3 barras “negras” transversales indican el Parque Cerrado.

Implica excederse del lapso: a) bloquear o adelantarse, b) ser incompatible el ánimo deportista. La escena de un accidente debe comunicarse al próximo control para reportar los hechos, con detención de vehículo.

Ubicado unos 30 Km. de Caracas… Opera cruceros hasta Isla del Caribe

¿…Es posible abandonar…?
Si unimos fallas mecánicas y causas, interviene el coche “barrido”. De lo contrario figurarán los pueblos pasados regresando en contenedores desde el Puerto La Guaira, en el estado de Vargas, Venezuela.

Raíces y medios informativos se conectan inmediatamente para asegurarse que los papeles estén en regla con las autoridades oficiales de puesto de control, verificando el movimiento de ruta. Las tripulaciones están obligadas a seguir las instrucciones del Libro de Ruta, existiendo un reagrupamiento por seguridad de los automóviles.

 
Por: Rafael “Turbo” Manrique

 


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