Kaiser Carabela
Por: Bocha Balboni

Publicidad de la época

Trato de relatar aquí los hechos de acuerdo al resultado de mis investigaciones, con los medios disponibles a mi  alcance. En muchos casos se trata de  recortes periodísticos o apuntes de relatos de quienes participaron por lo que pueden contener errores debido a que no siempre es posible chequear su exactitud. En caso de que el lector disponga de información ya sea ampliatoria o en contrario, con muchísimo gusto le agradeceré me lo hagan saber, lo mismo en lo que respecta a mis opiniones que son solo eso, mi modo de ver o interpretar un acontecimiento, y que mas allá de la pasión por los autos no existe otra cosa que deseo de compartirla con quienes tengan interés o sientan lo mismo.

El primer auto de representación argentino hecho en serie.

Con la mala costumbre de los políticos y militares argentinos, de no dejar que los particulares hagan las cosas, con una fuerte participación estatal a través de D.I.N.F.I.A. (Dirección Nacional de Fabricaciones e Investigaciones Aeronáuticas), es decir con nuestra plata, se creó INDUSTRIAS KAISER ARGENTINA, allá por 1955. Con fecha de autorización del Poder Ejecutivo 2 de febrero de 1955, (roncaba Juan Domingo, el General).
       
Eligieron vaya a saber porqué, a dedo, asociar el estado y concederle prácticamente el monopolio a la empresa KAISER INDUSTRIES CORP. subsidiaria de la norteamericana KAISER-FRAZER CORPORATION,  que había adquirido la Willys Overland de Toledo (Ohio) y venía de sucesivos fracasos, algunos estrepitosos, intentando construir automóviles de pasajeros (digamos ciudadanos para diferenciarlos de los Jeep todo-terreno), KAISER K 85, HENRY J., FRAZER, DRAGON, MANHATTAN, KAISER DARRIN, y otros. Esta había sido fundada después de la WWII por Henry J. Kaiser y Joseph Washington Frazer y radicada en Michigan en la localidad de Willow Run en instalaciones en que Ford fabricara aviones en la época del conflicto bélico.
       
Henry J. Kaiser había ganado fama con un novedoso sistema para construir barcos en serie, conocidos como “Liberty”, lo que le valió importantes contratos con el estado norteamericano durante la guerra, que le reportaron buenos ingresos.
       
Con el nombre de IKA - Industrias Kaiser Argentina comenzó a producir en Santa Isabel (Córdoba) bajo licencia de la empresa madre norteamericana, utilitarios Willys Jeep, con motor CONTINENTAL, de 4 y seis cilindros de válvulas laterales, (entonces ya una antigüedad) que básicamente era el mismo motor, al que al fundir los blocks en un caso  se le quitaban dos cilindros.
       
En junio de 1957 al presentar el balance de su 3º ejercicio la sociedad, detentaba   la presidencia  Edgar F. Kaiser y la vice presidencia de James F. McCloud,  ya sumaba mas de 1250 obreros y mencionaba contar con el apoyo crediticio del Bank of America y haber puesto en producción  derivados multipropósito de los exitosos  todo terreno que fueron pieza fundamental en la victoria Aliada en la guerra contra socialismo nazi, llevaban nombres de Jeep, Pickup Jeep, Jeep convertible llamado “Petitero”, Rural Estanciera y Pickup Baqueano, algunos de los cuales podían conseguirse  en versión tracción cuatro ruedas. A falta de alternativa fueron pilares de la motorización argentina, y antecesores en el mundo de los muy difundidos hoy 4x4.
Por aquel entonces con la importación cerrada,  si querías tener un vehículo nuevo, había que tener un Jeep, no había otra cosa, salvo políticos  y amigotes (como hoy, como siempre) que conseguían órdenes para importar algunos Ford, Chevrolet, Cadillacs o Mercedes Benz. Si, porque el capitalismo es un asco… pero nunca fueron a traer para ellos un Tatra, o un Sköda, Moskvitch o Zaporozhets. Viste alguna vez a la Mercedes,  al León o al Víctor en un Dacia,  un Lada o un Trabant? Nunca!
       
Ante esa alternativa había buen mercado para un auto de lujo, de representación y así “nació” el  Kaiser Carabela que no era otra cosa que la versión argentinizada del KAISER MANHATAN, que sin éxito habían intentado poner en el mercado estadounidense.
       
Diseñado por Howard Darrin había aparecido en 1954 en aquellos pagos  el KAISER MAHATTAN, con motor de 6 cilindros y 100 hp, casi como sus antecesores condenado al fracaso, producción que se discontinuó en 1955,  reapareciendo en Argentina como “ KAISER CARABELA”, prácticamente igual salvo que no llevaba el parabrisas delantero tonalizado en degradé verde, que si tenía el americano.
       
Hoja de la Memoria y Balance General de IKA

Al presentarse a los accionistas la mencionada  MEMORIA Y BALANCE GENERAL  al 30 de junio de 1957, daba cuenta que el 27 de abril de ese año en el Sierras Hotel de Alta Gracia se había realizado la primera Convención de Concesionarios IKA y que saldría próximamente a la venta el coche de pasajeros KA-1 KAISER METROPOLITANO,”importante trabajo desarrollado por el Departamento de Ingeniería durante el ejercicio”.
Pero al año siguiente se llamó KAISER CARABELA,  en su presentación a los concesionarios y al público el 25 de julio de 1958 en el Centro de Entrenamiento Técnico de IKA  en calle Migueletes de Capital Federal, se anuncia una potencia de 115 HP, a 3800 rpm, que producían os 3.707 cm3 de sus 6 cilindros, con   un peso total de 1638 kilos con un 80% de partes nacionales, y se iba a vender a un precio de $ de aquellos tiempos 219.500, y una versión  mas equipada a 235.098 (cálculo que a mí me da, unos 12.500 dólares).

Así ilustraba la Nación, la aparición del nuevo auto.

La Nación del día posterior informaba que simultáneamente se había presentado en los salones de 150 concesionarios de todo el país, y se convocaba a unirse a quienes pudieran aportar  piezas de industria nacional. Por entonces los autos americanos tenían chassis (bastidor) separado de la carrocería, que se informaba había sido especialmente reforzado para adaptarlo a nuestros caminos, así como las suspensiones.
Ampuloso, recargado como toda la producción norteamericana de aquellos tiempos era un festival de cromados y plásticos, no tan común era el amplio parabrisas con un particular dibujo superior que marcaba el centro y un techo redondeado que visto de costado recuerda  en mucho algunos diseños actuales, cuando en aquellos tiempos se tendía a parabrisas mas chicos y techos planos.

Caja manual de tres cambios y marcha atrás con palanca en la columna de la dirección, las ruedas traseras estaban semi cubiertas por un aplique  abrochado en el pasarruedas que debía quitarse para cambiarla. Poco protegidos como en aquel entonces contra la corrosión tardaron poco en perder su elegancia.
El sistema de ventas era el siguiente: pagando el auto al contado, le daban al comprador turno de 10 a 12 meses para su entrega. Viva el aparato productivo nacional!. Llegándose a superar las 8.000 unidades en total echadas a rodar  hasta discontinuarse comenzada la década del 60. 

Tapa de la Memoria y Balance General al 31 de junio de 1957

Silenciosos, confortables, de buen andar para la época, de lujoso interior aunque pueda no coincidirse en el  gusto, en línea con la moda del momento, asientos enterizos, tapizados en cuero rojo bastonado, igual que el tablero acolchado. Fue el auto mas pesado, mas ancho y mas largo construido en Argentina, con una longitud total de 5,475 metros, 1,900 de ancho. Calzaba cubiertas 710 x 15”.

Por esas cosas raras de la democracia, como acá se la entiende, (porque todos debiéramos ser iguales, pero los “elegidos” convertidos en  ricos representantes de ciudadanos empobrecidos, siempre nos miran desde atrás de los cristales de autos nada populares) fue el auto oficial por excelencia. No hubo ministerio ni repartición estatal que se precie sin su garaje repleto de Carabelas.

Así como las  últimas grelas del tango de Horacio Ferrer terminaron atendiendo los guardarropas de los cabarets, al momento del retiro, estos autos terminaron convertidos en coches fúnebres y portacoronas acompañando a muchos argentinos en su último viaje a su eterno descanso...

Fuentes consultadas:
Autoclub, Automundo, Autorama, Enciclopedia Salvat del Automóvil, La Nación, Mecánica Popular, Parabrisas, Velocidad,  www.cocheargentino.com.ar, www.auto-historia.com.ar, folletos y publicidad de la marcas.

 

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