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Los viejos caminos del TC El Territorio Nacional se unificó, engrandeciendo nuestra patria. Comenzó con vías terrestres casi precarias, avances modernizados que se plasmaron en mejores condiciones de calzada.
Esto formalizó el Virreinato del Río de la Plata, a cargo de Virrey Juan José de Vértiz y Salcedo (1778-1784), luego con la presencia de Nicolás del Campo, Marqués de Loreto (1784-1789). Fue Manuel Belgrano, al opinar con su postura de conectar los Océanos Atlántico y Pacífico, a la altura de Carmen de Patagones, en la localidad “austral” dentro de la Provincia de Buenos Aires, quien inició el debate. Proyecto éste que fue aprobado en 1799, tuvo antecedentes y contempló algunos gobiernos siguientes para llevarlo a cabo.
Por su parte, Mariano Moreno, durante la Secretaría de la Junta de Gobierno Patrio, agitó su negativa al tema tratado. Se conocieron los Caminos del Oeste, iniciado por la Plaza Mayor de Buenos Aires, y llegaría más allá del Río “Las Conchas”. Citemos otros, el Camino del Norte, que conectaba hacia Las Conchas, Talar de Pacheco, Capilla del Señor y localidades intermedias. Valorizamos Camino de Cuyo, nuevamente en Plaza Mayor, para concluir en el vecino país de Chile y al Alto Perú. Luego, los Caminos del Sur uniendo Plaza Constitución con Chascomús. El Presidente Julio Argentino Roca creó un Ministerio de Obras Públicas, cuyo titular asumió el 12 de Octubre de 1898.
Allí estuvo la Dirección de Vías de Comunicación, que puso en órbita los Puentes, Caminos Ley 4301 del 26 de Enero de 1904. Orgánicamente dispuso más de cien autorizaciones de emisiones Obligaciones Puentes y Caminos. El ex-TCA [Touring Club Argentino] En 1922, se organiza el Primer Congreso Nacional de Vialidad, terminando en el período de Hipólito Irigoyen. Comenzaría Marcelo T. de Alvear su mandato, el 5 de Octubre de 1925, inaugura el Primer Congreso Panamericano de Carreteras, en Buenos Aires. Instaló el Día del Camino, mientras sigue la política armándose de nuevos trayectos pavimentados, como Morón-Luján, hormigón planeado por el Ing. E. Arenas. El Ing. Justiniano Allende Possee, período 1932-1937 Un 5 de Octubre de 1932, la Ley 11658 estableció la Dirección Nacional de Vialidad. Funcionó y colocó impuestos adicionales sobre nafta y lubricantes. Tuvo ayuda federal y sus obras fueron: Puente sobre Río Carcarañá, la inauguración del Camino que une Capital Federal con la Ciudad de Rosario, y Calchaquí-Alejandra.
Primeras obras. Tramos. Esto transformó la Dirección de Puentes y Caminos en Dirección Nacional de Vialidad. Fueron períodos de estudios, que fortalecería a la Red Vial Nacional. Intensificó un intercambio comercial, social y cultural con diversas ciudades regionales conectadas por medio de tendidos ferroviarios. La unión tan esperada… Era factible dominar el nacimiento del Turismo de Carretera, en 1934, y la CDA [Comisión Deportiva Automovilística] del Automóvil Club Argentino, establece el Título Argentino de Carreteras sin distinción como “especialidad”, al sumar puntos durante cada ejercicio que se proponía correr en ella. Sorprende el crecimiento vial sobre las rutas argentinas y los diversos acontecimientos que promueven el progreso cultural.
La dupla Blanco-Plini gana en 1936 el Campeonato, luciéndose a bordo de un Reo, las 12 carreras con puntajes mayores como Gran Premio Internacional, 500 Millas Argentina, Gran Premio de la Provincia de Mendoza. Del mismo modo, obtiene las 200 Millas de San Miguel de Tucumán, Gran Premio de Venado Tuerto, y los circuitos de Lincoln y Tres Arroyos en la Provincia de Buenos Aires. RDA [Reglamento Deportivo Automovilístico] Durante el 1º de Enero de 1939, se redactó un nuevo esquema de carrera en el país, cuya denominación fue: “pista”, “velocidad”, “carretera”. En primer lugar, solamente 3 competencias, tales como parques o pavimentos arreglados que no excedieran los 5.000 metros. Igualmente, en la tierra debía superar 120 km/h y era obligatoriamente cerrado al tráfico y espectadores durante su desarrollo. En la modalidad “carretera”, cambia a 2 pruebas recorriéndose menos de 500 km cada una, podía girar la estrada en recintos naturales. Su desarrollo debía ser superior y no más de un 15 por ciento pavimentado. Otorga premio a un solo Campeón Absoluto, y el corredor que obtuviese menos de 2 o 3 campeonatos en su haber.
Por tal motivo, Oscar Alfredo “El Aguilucho” Gálvez, logró 1947-48, con su Ford Coupe V8 y fue triunfador absoluto. En 1940 conoceríamos a Antonio Adrián Villegas, surgido en Colonia Bremen, Provincia de Córdoba, quien fuera amigo entrañable del “Chueco de Balcarce” Juan Manuel Fangio. Sus deportes previo automovilismo fueron: el ciclismo, paracaidismo, motociclismo, hasta integrar equipo profesional de Midget norteamericano. Se inclinó por la Mecánica Nacional Fuerza Libre o Fórmula Libre, identificada como “potencia ilimitada”, a bordo de un Maserati 4CL 1939/1947 220 HP a 8000 RPM, motor de 4 cilindros en línea, puesta a punto por Pablo Berger.
Asimismo, corrió la F1 Fuerza Limitada, con “Titi” Sticoni. Cumplió funciones de acompañante de Ciani, en la “Vuelta de La Pampa” con Chevrolet Coupe, un 2 de Agosto de 1959, resultando ganadores de dicha competencia. Debuta al año siguiente, en el Gran Premio Argentino desarrollado el mes de Diciembre. Tripuló un Chevrolet Coupe Nº 99, y sus 104 carreras, conduciendo Ford Coupe V8 y los Torino versiones convencionales, como la Liebre 1½ construida por el Ing. Heriberto Pronello. Ganaría el Gran Premio “Extraordinario”, corrido en Comodoro Rivadavia, y las 6 horas de Perú, compartiendo habitáculo en la conducción con el joven ramallense Juan María “El Flaco” Traverso, deslizándose a bordo de un Torino 380 W en 1973.
En 1958, el Ing. Pedro Petriz dictó el Decreto-Ley 505, ratificado después en Consejo Vial Federal y las Vialidades Provinciales, por el que se dividió la Red Caminera Argentina como Red Troncal Nacional y Redes Primarias Provinciales y Comunales. Ello posibilitó realizar la Ruta Provincial Nº 302, cuyo tramo era la Ruta Nacional Nº 19-Franck. Su financiamiento estuvo a cargo de Vialidad Nacional y Provincial. Otro monarca Ramón Requejo nació en Elortondo un 24 de Noviembre de 1922. Comenzó en Mecánica Nacional, transcurriendo 1947, donde en la categoría figuraban grandes estrellas del automovilismo como Pablo Gulle, Emilio Barbalarga, Juan E. Tamborini, Alfredo Pían, Alberto Crespo, José Fanto, Héctor Niemitz, Omar Fuentes, Jesús Ricardo Iglesias, José Froilán “El Cabezón” González, Benedicto Campos, Ernesto Hilario Blanco. A fuerza de sudor y coraje, con circuitos elementales de tierra polvorienta. No era nada sencillo y lucirse allí, pero Requejo fue el único en hacerlo bien. Ya deslumbraba virtudes de proyectarse rápidamente en planos elevados del Automovilismo Nacional.
Obtuvo Campeonatos Argentinos de Mecánica Nacional Fuerza Libre en 1957, después 1960 de la mano de un Chevrolet Nº 33, motor delantero y las líneas de inscripción “Fric-Rot” a ambos lados del capot lo identificaban claramente. Igual vehículo le permitió 3 Coronas en 1962, certamen inaugural de la Fórmula 1 Argentina. Hubo aires renovadores que partieron de la base de Armando José Ríos, quien a principios de 1964 presentó un automóvil Chevrolet Super Nova similar al “clásico” 400 Nacional con motor atrás de 7 bancadas.
Montado sobre bastidor semejante equipaban los “monopostos” construidos en Italia por De Tomaso. Similar a los que el Turismo de Carretera presentaba a la hora de correr. Aquel conflicto en vísperas de la carrera en la ciudad de Rosario, cuando un grupo de pilotos tradicionales elevó informes aduciendo que las “nuevas” máquinas encuadradas en el reglamento no podían correr. La CDA suspende a éstos y concluye el Campeonato, proclamando triunfador al tucumano Nasif Moisés “El Califa Chico” Estéfano. Entre los acusadores se encontraba Requejo.
Requejo retornó en 1966, y la categoría continuaba vigente. El canje técnico aceleró el deporte argentino. Mecánico inquieto, hábil, aprovechó para forzar dicho receso para arreglar autos actualizados. Dentro de sus cualidades, festejó 20 años al volante y 4 títulos de campeón argentino en Mecánica Nacional Fórmula 1. A principios de la década de 1960, Requejo se incorporó al Turismo de Carretera, concurre solamente en 2 ocasiones y lo haría con un andar rendidor, prolijo coche edificado por él mismo. La categoría Sport Prototipo lo tiene circunstancialmente entre sus cultores ya que su fuerte fue identificarse con la Mecánica Nacional, de la que participó hasta su retiro en 1986. Incontables historias… Evocar aquellas imágenes eternas “piloto-mecánico” caracterizó el período inolvidable del TC. Una de ellas, fue la presencia de Marcos “El Sapito de Venado Tuerto” Ciani, radicado en Venado Tuerto, Provincia de Santa Fe, quien corre con Roberto F. Matassi el 27º Gran Premio de la América del Sur, desarrollado desde 20 de Octubre al 8 de Noviembre de 1948.
Países involucrados. “Toscanito” Marimón. Emblema. La Buenos Aires-Caracas de ese año, más conocida como la “Carrera del Siglo”, con el nombre “Trofeo General Manuel Belgrano” en su primera tramo y luego “General Simón Bolívar”, para después cambiar “Premio General San Martín” en su regreso a Buenos Aires. Alrededor de 138 binomios inscriptos partieron. Lograron terminar 44 audaces del camino, en un recorrido de 14 etapas con unos 9.580 kilómetros de recorrido total.
La gente de Venado Tuerto lo recuerda bien a Ciani, por acciones realizadas pudo ser conocido en todo el país. Tuvo aguerrido manejo veloz, además de entrenador como ocurriera con los Hnos. Gálvez y los Emiliozzi, y tantos otros… Terminales automotrices vigorosas en el desarrollo de automóviles de competición, conducciones profesionales y un espíritu deportivo de la más noble estirpe. Al estar retirado, a principios de la década de 1990, la ACTC [Asociación Cupecitas del Turismo de Carretera], logra un tramo en la calle que franquea a la Ruta Nacional Nº 8 con su nombre. Ciani corrió algunos eventos y murió a los 83 años. El adiós y el futuro renacer Corría 1967 y las carreras del TC sin las “cupecitas” en primer plano. Se inicia un ciclo claramente diferente a sus 3 décadas pasadas y lo que significó para el automovilismo argentino. Fulminante evolución y aspectos en la cantidad de coches, por ejemplo: Liebre-Torino II, Ford Falcon Angostado F-100, “La Garrafa” Chevrolet, y también Mustang, Barracuda incluido.
Corredores tales como Héctor Luís “Pirin” Gradassi, Eduardo Alfredo “Tuqui” Casa, Carlos Alberto Pairetti, Carmelo Galbato, Ricardo Bonanno, Andrea Vianini, competirían durante aquella época con interesantes alternativas para los aficionados y seguidores dentro de la actividad. La idea prosperó y, en el año 1999, nace en la Provincia de Santa Fe una institución llamada APTCH [Asociación Pilotos Turismo de Carretera Histórico], cuya base es el ánimo de nuclear personas, grupos amigos, participantes, etc. Las “Cupés” encienden motores y reaparecen en escena deportiva. Su objetivo: que aquellas máquinas vuelvan al ruedo y a correr reeditando un compañerismo solidario. La entidad crea un “mini” campeonato de dos fechas. Visita lugares corriendo místicas Vueltas de Peyrano y Acebal. Al año siguiente, simplifica incluir el Gran Premio del Sur Santafesino, Vuelta de la Ciudad de Firmat, Capitán Sarmiento y Ciudad de Colón. Así, aumenta a seis pruebas más en el torneo.
Se vuelve en 2001 a la práctica de seis competencias incorporando las Vueltas de Pergamino, Rufino y Máximo Paz. Duelos legendarios de marcas entre Ford y Chevrolet, y Dodge que completa el espectáculo. La llegada En 2008, la Asociación recibió la visita Sudamericana de Felipe Donayre Canepa, un navegante nacionalizado en Lima [Perú]. Su estadía le permitió competir junto a eternas y veteranas “Cupecitas” en Rufino, tripulando un Ford V8 con el Nº 77 sobre sus puertas.
Inmediatamente, Pedro Borgatello como piloto realiza la hazaña de conquistar nuestras carreteras. Se vivió un clima de camaradería entre amigos, integrantes, periodistas y allegados. Todo esto fortaleció simpatía, cordialidad, hombría de bien y lazos fraternales entre ambos países que dieron bienvenida a nuestra especialidad rutera del “ayer y el hoy”. Aceleran en marcha las “chatas” y cubren sensaciones de volver a vivir… Escuchar rugir los motores transitando por lugares de tierra y el asfalto también, para luego acoplar circuitos semi-permanentes y los autódromos. Miramos todo lo soñado retrospectivamente y es inevitable verlos en acción a la par de los trenes cargueros y el público mezclado que aparece “a la vera del camino” de los Grandes Premios de nuestro país. |
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