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Unir la Quiaca con Ushuaia en el Ford A
Por: Bocha Balboni

 

Uno no se encuentra todos los días con un tipo que te dice: “el año que viene voy a unir la Quiaca con Ushuaia en el Ford A, querés venir?”
       
Aunque vivimos en la misma ciudad, todavía ciudad-pueblo, en el mismo barrio, compartíamos casi los mismos gustos, la vida no nos había juntado, y a poco de conocernos Eugenio Caussi me tiró el desafío.
         
Yo, ni chupado… dejar mi bulín, mi PC, mis apuntes, mis libros, mis archivos, para ir  saltar arriba de un forcito, a renegar con los platinos, las cubiertas, la temperatura o el viento…
         
Pero cada uno es como es. El Cholo es un aventurero,  una fábrica de ideas y yo un “escriba”. Por ahí los dos hacemos falta, él haciendo cosas y yo tecleando acá para que vos te enteres  de que se trata.
       
Y se ve que no había tantos interesados e el sacrificio, ya que de tantos que le escuché invitar, solo José Kestler y Rodolfo Oggero, terminaron embarcándose, gracias a Dios hay tipos que NO son como yo y se animan a estas aventuras. Y así entre invitaciones y rechazos el tiempo fue pasando y cargaron en un camión  el Doble Faeton 29 de Caussi y la chatita modificada (motor Sierra, trenes de Taunus, patonas) de Oggero y se fueron a La Quiaca, para salir de allá el mismo día en se que cumplían 80 años que Henry Ford había estampado el N° 1 en el block de primer Modelo A.
       
Según www.ruta0.com había nada menos que 4.444 km que cubrir, para lograrlo se habían propuesto, viajar tranquilos solo de dia, descansar bien, volver a salir temprano, marchar  todos los dias que fuera posible.

Y se hizo realidad  porque hasta el tiempo ayudó, (solo al volver encontraron lluvia),  por el excepcional  comportamiento de los autos y la eficacísima la bendición del Párroco de La Quiaca, ni una goma pincharon!
Ya cerca de la meta, cerca teniendo en cuenta el recorrido realizado,  dado que todo se venía desarrollando con normalidad decidieron abandonar la ruta y cruzar hacia el oeste para a conocer el Glaciar Perito Moreno, y eso hicieron retornado a la ruta programada.

Emocionante el apoyo de miembros de CLUB DE VEHICULOS ANTIGUOS, CLASICOS Y ESPECIALES DE LA PAMPA, CLUB DE AUTOS CLASICOS DE LA PATAGONIA, ASOCICACION DE VEHICULOS ANTIGUOS DE FIN DEL MUNDO, que los esperaron, hicieron correr la noticia y los mimaron en cada sede. Se quedaron con las ganas de compartir un rato mas con estos amigos, pero el ritmo de marcha que se habían planteado implicaba no parar mas que una noche, y partir bien temprano.

La vuelta estaba prevista por camión hasta Buenos Aires Capital, donde algunos amigos los esperaban, pero una demora en el transporte hizo que debieran retomar la ruta de regreso en González Chávez (P.B.A.) y vuelta a Esperanza en marcha, sin pasar por la ciudad de Buenos Aires, había apuro en regresar a los pagos…
 Gente, mucha gente en todo el camino, para asombrarse, para no olvidar: el afecto y curiosidad, con que siempre se los esperaba y recibía.

El proyecto incluía una hoja de ruta donde solicitaban a las autoridades locales dejar constancia de su paso,  lo que quedó debidamente documentado formando parte de tantos gratos  recuerdos, atesorados en dieciocho días totales de marcha, incluido el desvío para conocer el Glaciar, y fueron poco mas 6.200 los kilómetros recorridos.
Gestos: El de Carlos Bartizagui en Ushuaia que los recibió en su casa y los hizo sentir como en la de ellos!
Otro: Alejandro Levita y Mario Ferrarini dos de EAAE dejaron todo y se fueron a esperarlos a Ushuaia.
         
Mas? Héctor Beltrán entusiasta de Esperanza que viajó con su esposa a Alta Gracia, para verlos y alcanzarles un repuesto cuando temieron dificultades, aunque que no fue necesario. Este otro tipazo, seguro se había quedado con las ganas de engancharse, entonces viajó en sentido contrario al regreso para encontrarlos en Chivilcoy.
A todos, un cálido agradecimiento y recuerdo, al que me sumo.

Está visto que con organización, planeamiento, ayuda de Dios, buena voluntad de mucha gente se pueden conseguir cosas que por ahí al plantearlas parecen imposibles.
           
No te equivoques esta historia, esta historia  me tocó a  mi contártela,  pero la escribieron Coquito, José y El Cholo, otros “Tres Chiflados”.

 

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