Circuito Los Toboganes, inaugurado hace sesenta años en Esperanza
Por: Bocha Balboni

19/20 de Junio de 1948

Como tributo de Historias de Hombres y Autos a aquellos dirigentes y colaboradores anónimos que hicieron posible hace 60 años esa realidad.
        
En aquellos tiempos cuando Borocotó se podía escribir con mayúscula, Ricardo Lorenzo era un destacado periodista de la revista El Gráfico, firmaba sus notas con el seudónimo Borocotó y el director era Constancio C. Vigil.
       
No creo que haya sido un hombre muy estudiado, pero si  una excelente persona,  muy buen observador, periodista y escritor. Los que amamos los autos de aquellos tiempos tenemos como libro de cabecera su “Medio Siglo de Automovilismo Argentino”. Después la familia se agrandó, su hijo adoptó el seudónimo del padre se dedicó a la política y bueno... permanecer limpio en el chiquero no es fácil.

Adriano Malusardi ganador con Alfa Romeo P-3 (foto El Gráfico)

A él (al padre) periodista que trajinó  el país tras del ciclismo y el automovilismo, le tocó cubrir la inauguración del circuito Los Toboganes de Esperanza, los dias 19 y 20 de junio de 1948, para El Gráfico.
       
Esperanza tenía una trayectoria destacada en la organización de carreras de autos que había nacido por la segunda mitad de la década del 20 cuando el Esperanza Automóvil Club  hacía disputar memorables carreras en su circuito ovalo, el mas veloz del mundo, al sur de la ciudad de 18 km, de recorrido.
       
Pese al largo paréntesis impuesto a continuación, el nombre de Esperanza seguía teniendo vigencia en el deporte motor. Por eso fue un acontecimiento de trascendencia en el país, cuando un grupo de tesoneros entusiastas resolvió volver sobre aquellos pasos con un  nuevo circuito adaptado a las exigencias del momento.
Había mucho entusiasmo por el automovilismo y todo se hacía en forma amateur entonces. Aquellos dirigentes, un puñado de esperancinos apasionados  soñaba con que  su ciudad volviera a la trascendencia que le habían dado las carreras en la década del veinte.
       
Escasos de recursos pero con una enorme voluntad y espíritu deportivo se propusieron la realización de un nuevo circuito, esta vez permanente, en un predio cedido por la Municipalidad de Esperanza, al norte de la ciudad lindante con el Tiro Federal, en el barrio denominado “La Orilla”.  Se realizó un trazado triangular, aprovechando los desniveles del terreno,  sobre un perímetro de  2.684 m una recta principal de 721 m y tres curvas de diferentes radios,  piso de tierra,  donde  se programó la jornada inaugural  para marzo de 1948 pero por demoras en la construcción  debió posponerse hasta  el 20 de junio de ese año.
       
En “El Grafico” N° 1511 del 25 de junio de 1948, Borocotó escribía: ”Una hermosa pista, tipo circuito, con 2.648(*) metros de desarrollo, tres curvas de diferentes graduaciones, suelo firme gracias a una mezcla  con agente bituminoso, con rectas de ocho metros de ancho y diez en las curvas con algo de peralte, es lo que ofreció el Esperanza Motor Club como magnifica contribución al automovilismo deportivo. Se trata de un escenario único en el país, construido con suelo firme especialmente para tales fines”.
       
Como pasa en muchos casos, también ahora, esta gente comprometió su patrimonio personal para garantizar los compromisos que se tomaron para financiar el emprendimiento, aún  contando con la colaboración de empresarios de la ciudad con importantes aportes.

Al no conseguirse el piso que se estimaba ideal en forma natural, debieron  recurrir a un riego de material asfáltico  que significó una inversión extra a la que afortunadamente se pudo hacer frente con los buenos resultados.
       
No quisiera nombrar a nadie porque seguro que me van a faltar muchos, pero no puedo olvidar a muchos que conocí involucrados e incansables trabajadores, como Angel Barbetta, los tres hermanos Wagner, Ricardo, ­Carlos y Jorge, como su padre en distintas épocas, Nicolás Nagel, los Goddio, (Marcelino y Máximo) Carlos Grenón, Atilio y Benito Falco, Miguel Mutazzi, Salvador Walpen o Elias Bendahan. Lo mas probable es que no esté recordando ni un 10% de los que tanto hicieron, porque con seguridad casi toda la ciudad estaba comprometida con el acontecimiento.
       
La primera comisión directiva, por lo que quedó documentado fue la siguiente: Juan Alesso (el mismo que realizara el auto con motor boxer) fue el primer presidente de aquella emprendedora comisión directiva, completada por: vice Leopoldo Mangoldt(h), Oscar Hevia, Pedro C. Bertola, Enrique D’Agostina, José Donnet, Rodolfo Barbetta, Daniel Imhoff, Hilario Lang, José Sarmiento, Hipólito Bertotti y Juan Pavanni.
        
Las dimensiones concretas  publicadas por Rugir de Motores eran: Recta principal 721m.; curva uno: radio 150 m., desarrollo 358 m.; recta este: 510 m., desemboca en la curva dos de 90°, radio 150., desarrollo 261 m.; continua en la recta norte, de 485 m de longitud que da a la curva noroeste de 160 m. de radio y 349m. de recorrido que da a la recta principal, los peraltes en las tres curvas oscilaban entre 12 y 15%.

Trazado anterior sobre  imagen satelital actual de Google-Earth

Juan Alesso con un arado de reja, tirado por una camioneta que guió Antonio Marcuzzi, fue quien entre el tremendo pastizal y arbustos salvaje, trazó las líneas básicas que debían seguir los operarios de la máquina niveladora Champion tirada por caballos   que conformaría la pista, confiada pura y exclusivamente a pura fuerza física, también del conductor.
       
“Coche a la Vista” una publicación de Luis Elías Sojit,  decía en esa oportunidad: “Esperanza había conquistado un lugar de privilegio en la historia del automovilismo argentino. Las marcas registradas por nuestros ases hace apenas unos años le han colocado a la cabecera de las pruebas que se efectúan periódicamente en el país”.

       
“Esperanza constituyó un triunfo para la mecánica nacional y marcó rumbos en la construcción de pistas”

       
“No es de extrañar entonces la extraordinaria concurrencia de público a los hermosos parajes de Esperanza donde fuera construida la mas moderna y perfecta pista que nos fuera dable observar en los últimos tiempos”

       
Fue Sojit justamente quien le calzó el apelativo de ”Los Toboganes” por las subidas y bajadas naturales del terreno, que finalmente quedó como nombre.
               
De manera que lo mejor del deporte motor argentino se dio cita en aquellos días en nuestra ciudad, y a partir de entonces cada vez que el ESPERANZA MOTOR CLUB los convocaba. El programa involucraba tres categorías: FUERZA LIMITADA, FUERZA LIBRE  Y COCHES ESPECIALES. Esta última cobijaría las máquinas europeas, fundamentalmente Maserati y Alfa Romeo, que varios entusiastas habían importado e intervenían asiduamente en nuestro país.
       
Figuraron inscriptos: Emilio Barbalarga-Juan Bruno-Elías Calcagno-Benedicto Campos-Natalio Cataudella-Elías Carballo-Alberto Crespo-José Fanto-Andrés Fernandez-Santiago Giacone-Gonzalo Llaser-Adriano Malusardi-Roque Motta-Juan Moyano- Ernesto Nanni- Ramón Perantoni- Raimundo Pfening-Alfredo Pián-Francisco Piombo-Orlando Pron-Eduardo Puoppolo-Ramón Requejo-Vittorio Rossa-Gabriel Sagrera-Jorge Sottini-Octavio Stivel-Juan Tamborini-Jorge Ternengo-Daniel Urrutia-Otelo Zini.
       
Benedicto Campos, con Fangio integró posteriormente el equipo Argentino que tentó suerte en Europa,  vino dos autos, uno para la fórmula Fuerza Limitada y otro para Fuerza Libre.

En Fuerza Libre Daniel Urrutia debutaba como piloto, acompañante de Fangio en TC, que pereciera posteriormente en el trágico accidente en la carrera a Caracas, al mando del Volpi-Chevrolet propiedad del luego Quíntuple Campeón Mundial,  con el que había estado compitiendo en Mecánica Nacional.
       
Los autos extranjeros convocaban a Vittorio Rosa (italiano, radicado en el país, participante ya con Alfa Romeo en el óvalo, el único anotado en los dos trazados esperancinos) ahora con Maserati 1500, Andrés Fernández y Eduardo Puoppolo, con la misma marca, mientras que Adriano Malusardi “Pocholo” lo hacía con Alfa Romeo, de 3.200cc
         
Benedicto Campos y Pian se trenzaron en la limitada, desertó Campos (Ford A, Betty “Chica”) con el motor fundido y Alfredo Pian se llevó los laureles.

Daniel Urrutia con el Volpi Chevrolet de Fangio (foto El Gráfico)

En tanto en la libre, Campos intervino con otra máquina, ésta con motor  Ford V8 (Betty “Grande”) y se trenzó con Urrutia, quien no pudo con  el aguerrido Benedicto debiendo conformarse con el segundo lugar.
       
Como cierre,  la prueba para los especiales pactada a 50 vueltas. Como solo se presentaron tres máquinas  a largar, entonces se “colaron” de las otras categorías, Pian, Tamboríni, Nanni, Barbalarga, Llaser, Urrutia y otros. El triunfo fue para Malusardi, Tamboríni se llevó el segundo puesto, en tanto que Barbalarga fue tercero, cuarto Urrutia, quinto Gonzalo Llaser.
       
Así con gran cantidad de público, que se retiró muy conforme, debutaba este circuito en adelante conocido como  Los Toboganes, en esa oportunidad el trofeo se llamó “Colonizadores de Esperanza”
       
Un muy merecido recuerdo y homenaje a todos los dirigentes y colaboradores que hicieron posible ese sueño, y a todos los que trabajaron y mantuvieron activo ese circuito hasta que el 15 de enero de 1964, cuando la Municipalidad donó el predio a la Universidad Nacional del Litoral dando comienzo a la desaparición de el gran circuito, inexplicablemente, porque hubieran tranquilamente podido convivir la Escuela Granja y el autódromo. Mas nos convencemos hoy cuando vemos dentro de algunos circuitos europeos, parques, viviendas, iglesias y escuelas. Es parte de la extraña habilidad argentina en convertir éxitos en fracasos.

Todavía puede verse en la vista satelital buena parte de su trazado original  señalado por la disposición de los árboles, que permanecen como centinelas, testigos de aquellos días, cuando la algarabía del público se mezclaba con  el ruido de los motores y el aroma de los asados con el olor a nafta de aviación y esa fantástica e  indescriptible fragancia del aceite Castrol.

Largada de la final (foto El Gráfico)

(*) Cifra que consta en la publicación a que me refiero, y cito textualmente. Puede tratarse de un error ya que se invierten los números.

Fuentes consultadas:
Automundo, Cincuenta Años de Los Toboganes,  Coche a la Vista, El Gráfico,  Enciclopedia de Oro del Automovilismo, Historia Deportiva del Automoviliso Argentino de La Nación, Medio Siglo de Automovilismo Argentino, Rugir de Motores, www.jmfangio.org

                                                           

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